miércoles, 1 de diciembre de 2010

10.- EL AGUA OSCURA (Finalista)

- Y ahora le das así, ¿ves?

Las manos de la anciana danzan hábilmente, restregando el jabón contra el paño. Lía escucha con una expresión seria y concentrada. Es la primera vez que baja con la abuela al lavadero, y eso le hace sentir importante. Allí las mujeres del pueblo cantan, bromean, se cuentan historias, comparten secretos. Sueñan con otras vidas, con otros destinos.

Los años pasaron, el agua se volvió más y más oscura. “Sigue frotando, Lía”. La niña se fue y su lugar fue ocupado por una mujer marchita y aterrorizada. “Fuerte, así. Hasta que el agua salga clara”. Su querido lavadero no bastó frente al enemigo que un día había jurado amarla. “Escúchame bien, niña, algún día lo necesitarás”. La voz de la abuela resuena en su cerebro, mientras Lía sigue frotando la sábana, intentando borrar la sangre de su marido.

Inspirado La herencia del agua.

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