Ahí está. Es una Musa. Bella y rutilante Meletea. Muchos la buscan, la invocan la lloran o la plagian. Corren, vuelan, bucean tras ella; otros esperan con resignación que les sople en el oído e ilumine su mente.
Ahí está. Poderosa. Capaz de inspirar al afortunado como para llenar de volúmenes, bibliotecas enteras mediante la sabia combinación de veintinueve letras. Mezclando disquisición y corazonada.
Y no piensen que se alimenta exclusivamente de neuronas, anhelos, noches en blanco y sueños. No. En su pisuco de la ilustrada Calle del Sol devora con fruición, marisco del Cantábrico y vino blanco espumoso del bueno.
Aquí está.
Está inspirado en la fotografía “ Comida para Dos” de Charo Celis Guash
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