Llego a una sucia estación sin nada en los bolsillos.
Con la derrota en la espalda, la inocencia virgen y la fuerza que da el hambre.
Cambio silencio y aire por humo y ruido.
Levanto la vistas hacia las chimeneas y los tejado de las fabricas con el ansia del naufrago que busca la orilla.
Pasaron muchos años, nunca supero del todo la derrota, ni olvido el hambre y sin quererlo se convirtió en el hombre con humo en los bolsillos.
Inspirado en la fotografía titulada “La hora del paseo”
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