Llevaba semanas esperando aquel encuentro. Compró el mejor marisco, un vino
blanco sobresaliente. Tantas veces habían hablado de aquel día… Parecía
imposible que pudiese fallar algo. ¿Cómo iba a pensar que aquel Marcelo que la
enamoró por Internet era un niño taciturno de apenas cinco años?
Inspirado en las fotografías “comida para dos”, de Charo Celis Guash y “Marcelo”, de José Ramón Moreno Fernández
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