jueves, 25 de noviembre de 2010

182.- NIEBLA

Subió la persiana y no consiguió ver nada a través del cristal. Con la cortina intentó quitar la capa de diminutas gotas que lo cubría. Fue inútil, la espesa niebla del exterior apenas le permitía ver tres palmos más allá.

Con la mirada perdida en aquella blancura, su mente volaba muy lejos. A muchos kilómetros de distancia, donde estaba su familia, sus compañeros que lo acusaron de loco por tener aquella ocurrencia; la chica que siempre lo apoyaría…

Se planteó por enésima vez si fue buena idea dejarlo todo, marcharse a aquel recóndito lugar y arriesgar su patrimonio en aquella empresa.

¿Debía abandonar entonces, cuando aún podía recuperar la inversión, y volver a la rutina de la ciudad?

Sonrió. Demasiado fácil. Se había propuesto que el pueblo de su niñez, ahora en decadencia, volviera a prosperar gracias a aquel proyecto. Y un aventurero como él lo iba a conseguir.

(Basado en la fotografía “Niebla”)

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