A veces miro al cielo y descubro la belleza. Un atardecer, una fría noche. Un lejano horizonte. Cuando cae el día paralelamente cae la vida. La rapidez del tiempo, la difusión de los hechos que acontecen mientras tú te sientes esclavo de la vida, preocupado por asuntos triviales. Claro y obvio es que el conocimiento de los hechos debe estar unido al de las circunstancias que los rodean, si no éstos se harían ininteligibles. Un atardecer, una flor, una hoja caída de un árbol en otoño. Permanecen inmutables mientras los seres humanos complicamos lo sencillo de un mundo extravagante, debido a la influencia de cada particularidad en el proceso de nuestro camino por la vida.
Inspirado en la fotografía titulada “La hora del paseo”
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