jueves, 25 de noviembre de 2010

185.- DECLARACIÓN JURADA

Doy fe de mi antigua atracción por los libros, excepto los de temas políticos. Confieso que me enriquecí entre bibliotecas al amparo de las obras de Homero, Shakespeare, Quevedo, Bécquer… Pero desde que descubrí la calle Santanderina y comprendí la belleza que encierra las obras fotográficas vivo en el éxtasis de la abundancia, hasta engordé unas onzas entre el Dolmen, Rubicón y el Urban. Ustedes son testigo de mi sapiencia y mi gusto refinado. Les juro que podría suicidarme ante la ausencia de las fotografías que nos alimentan el alma y el cuerpo, dijo una polilla con aires de intelectual y dio la señal para que sus descendientes arremetieran hambrientas contra las imágenes ganadoras del certamen de fotografía de la calle Sol.

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