jueves, 25 de noviembre de 2010

190.- LA VIDA

Vamos del brazo desde siempre.

Al principio éramos alegres, felices. Teníamos esperanza en todo, amor por todo.

Luego empezó la preocupación. Nadie notó cómo llegaba, pero un día estaba ahí, y no se pudo hacer nada para que se fuera.

Fue pasando el tiempo. No ocurría nada. Nos levantábamos por la mañana, y por la noche nos íbamos a dormir, siempre del brazo. Mirábamos, corríamos, amábamos, odiábamos… Pero, ¿dónde estaba lo espectacular?, ¿todo lo que los demás me habían prometido que ella me daría?

Vinieron después la tristeza y la impotencia. Estábamos perdiendo el tiempo, desaprovechándolo. Rabia, dolor, lágrimas. Y esperanza, en el fondo.

Inútil esperanza.

Poco a poco, nos fuimos acomodando. Hay que adaptarse para sobrevivir.

Ahora estamos bien, tranquilos. No se pueden recuperar los años perdidos.

Ven, Vida. Dame el brazo y salgamos de aquí. Es la hora del paseo para los viejos como nosotros.

Fotografía: “La hora del paseo”, de Ignacio Cagigas Dos Santos Cruz.

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