Vivía enfrente de mi casa. No conocía su nombre, pero por entonces me bastaba únicamente con contemplarla mientras miraba por su ventana.
Siempre buscaba la manera de hacer coincidir nuestras miradas, quería saber de que color eran sus ojos.
Desgraciadamente nunca conseguí averiguarlo, ya que una mañana me encontré con que una cortina cubría su ventana.
No volví a saber más de ella.
Cuando ya la daba por perdida, hoy la he visto de nuevo. Bajaba por la calle del sol acompañada de un perro. Se apoyaba en un bastón y, aunque llevaba unas gafas oscuras, supe en seguida que era ella, no podía ser otra.
TEMA: CALLE DEL SOL
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