jueves, 25 de noviembre de 2010

199.- VUELTA A LA VIDA

Qué extraña sensación volverla a ver. Qué primera mirada cegadora tan cargada de sensaciones y recuerdos que desbordaban su mente. Qué revoloteo interior maravilloso, encendiendo el torrente sanguíneo hasta la taquicardia. Él enseguida entendió que, un lustro después, el tiempo había vuelto a detenerse. Esa mirada dulce e inocente seguía conteniendo no sólo el magnetismo de antaño, sino también la capacidad de reinventar su mundo hasta el infinito, dejando de lado tantas frustraciones. No hubo palabras, ni siquiera un saludo, sólo un abrazo que les condujo inexorablemente a la pasión. Y de repente sólo ellos dos existían… y de repente los minutos y las horas pasaron muy rápido… y de repente ya de mañana su olor impreso en la almohada y más tarde en la ducha. Ella le esperaba ya comiendo, con un manjar que encendió sus miradas y sus palabras como para dejar el postre olvidado sobre la mesa.

Basado en la fotografía “Comida para dos”.

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