viernes, 26 de noviembre de 2010

225.- EL ATRACO

Allí estaba su plato en la mesa de la cocina, después de todo el plan había sido suyo y a mi a señora no me gana nadie. Todo empezó cuando le conocí. Se hizo el encontradizo y yo ingenua de mi creí que se acercaba por mi belleza. Me sedujo, dejó que yo le amara y cuando ya estaba rendida a sus pies me contó sus planes. Lo tenía todo muy bien estudiado, sabía que yo trabajaba en un banco. Le dejé encerrado en la caja fuerte y me quedé con el botín. ¡A mi nadie me desprecia! Ahora saboreo el triunfo, medio desnuda después de una ducha reparadora en mi rutilante cocina y por lo que siento su sabor es muy parecido al del marisco y el fino.

Basado en la fotografía comida para dos

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