sábado, 27 de noviembre de 2010

275.- UN DOMINGO DE JULIO

Doña Carmen se santigua. El padre Manuel toma la Sagrada Forma con ambas manos, la eleva sobre su cabeza, la baja de nuevo y se la lleva a la boca. La música de órgano transforma el aire en una sustancia mullida y viva que llena los pulmones de los fieles.

Se escuchan tambores en la calle.

El padre Manuel bebe de un cáliz desgastado, lo posa sobre un mantel blanco y se limpia escrupulosamente la boca con una servilleta quizá más blanca aún.

Se escuchan tambores y silbatos en la calle.

La puerta del templo se abre frente al padre Manuel, que eleva la vista al sentir la música que viene de fuera. Interrumpe la liturgia con mirada extática.

En la calle, un hombre grande vestido de cuero pasea a dos delgados jóvenes danzantes atados con cadenas.

Doña Carmen deja un halo de laca mientras se apresura hacia su casa.

Inspirado en la Calle del Sol

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