sábado, 27 de noviembre de 2010

295.- EL CANSANCIO

Lorenzo se sentía cansado. Y sin embargo caminaba sin cesar, dando largos paseos cada tarde por los mismos lugares. Pero es que el cansancio de Lorenzo era por dentro. Sus piernas le funcionaban a la perfección, pero sus sentimientos fracasaban una y otra vez.

Lorenzo no entendía porqué, a estas alturas de su vida, todavía no había aprendido a sentirse bien, a controlar sus sentimientos, a controlar sus pensamientos que desembocaban en sentimientos...y, en definitiva, a controlar su comportamiento.

Se sentía cansado de equivocarse y de no hallar la solución, el truco para no sentir. Se había jurado mil veces no volver a enamorarse, para no tener que volver a desilusionarse, a entristecerse y, después, a desenamorarse. Siempre por ese orden. Siempre las mismas etapas que ya conocía y que le llevaban a caminar sin cesar, en busca de olvido. En busca de paz..

(basado en la fotografía “La hora del paseo”)

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