sábado, 27 de noviembre de 2010

297.- DON FRANCISCO

Don Francisco Céspedes amaba tres cosas por encima de todo:Dios, España y aparcar a la puerta del portal, y no necesariamente por este orden. Además los cambios no le gustaban nada de nada y asistía atónito y muy contrariado al desarrollo de las obras de peatonalización de su calle - ¡Otrora calle magnifica y española con bar, tienda, iglesia, cuartelillo de la policía y aparcamientos!; ¡ayer con nombre santo y hoy con nombre de circo!-

Francisco trazó un plan. Enterraría en uno de los socavones de la obra un casco romano que se trajo de Mérida cuando hizo la mili, los arqueólogos pararían la obra durante meses y el tendría más tiempo para convencer al blando del acalde . Esa noche bajó embozado con el casco y escogió un buen agujero, pero el pobre resbalose, cayose y quedose enterrado para siempre, bien aparcado a tres metros de su portal.

Inspirado en la Calle del Sol

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