sábado, 27 de noviembre de 2010

292.- LA MARCA

Salgo de casa con la congoja metida hasta los tuétanos, temblando de pura angustia existencial. El miedo que hoy me atenaza lleva acechándome desde hace años, escondido y olvidado bajo la polvorienta alfombra del salón. De lo común navego por mi vida como por una calma chicha, sin grandes penas ni alegrías, satisfecho en general con el monótono devenir de cada día. Sin embargo ayer me topé con algo que descoyuntó abruptamente mi gris armonía: un garabato en el portal, junto a la placa que porta el número veinticinco. No una marca como las de los ladrones profesionales, en las que codifican los hábitos de sus presas, sino algo que representaba un peligro mucho mayor. Era su marca. Ella había vuelto, y quería que yo lo supiese. Salgo de casa pues, en dirección al puerto, cargado con un pesado bloque de hormigón y una maroma resistente.

Basado en la fotografía “25” del tema Calle del Sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario