sábado, 27 de noviembre de 2010

278.- SOL Y SOMBRA

En cuanto le ve aparecer se pone siempre muy nerviosa. No deja de repetirse a sí misma que no es propio de una mujer como ella estar a estas horas en la calle por un hombre que ni siquiera sabe cómo se llama. Pero aquí está una noche más, mordiéndose las uñas mientras él se acerca caminando. Cuando pasa a su lado ella mira de reojo. La barba sin afeitar, el pelo despeinado, la mirada ausente. Después le sigue. Conoce su recorrido de memoria: llega hasta la esquina, se para frente al escaparate de la librería y regresa a su portal. No se atreve a decirle nada. Ve cómo saca las llaves, abre la puerta y sube las escaleras. Le dice hasta mañana en un susurro y se aleja sola entre la luz de las farolas. Ella, la mujer enamorada del sonámbulo de la calle del Sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario