viernes, 26 de noviembre de 2010

238.- UN TROCITO

No lo sé. Si un día me acuerdo de este momento, quiero cincelar como escultor en su talla, todas mis sensaciones. El olor a madera rancia, los colores terrizos, la luz que dibuja cada rincón…

Mi padre dice que es hora de abrir horizontes. A mi me gustan estas cuatro paredes cimentadas con la holgura del cariño, con el acopio de la sencillez. Dice que algún día lo entenderé. No, si ya lo entiendo. En la vida, las cosas tienen el valor que le de mi corazón. Y por si un día vuelvo, aquí dejo un trocito. No lo sé.

Inspirado en la fotografía “Marcelo”

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