viernes, 26 de noviembre de 2010

231.- Sin título

Yo estaba allí viéndote bailar, con aquél tipo, un tango, como el tango que es la vida; la canción de una vida que quiere dejar de soñar, girando, caminando al compás de la música que yo me resistía a escuchar. El triste rasgueo de la guitarra, al fondo de la calle, me hacía sentir lo insignificante que era para su persona, no se daba cuenta que me encontraba frente a ella, que estaba deseosa de bailar pegada a su ser en aquél lugar, como en una pista de baile, a seguirle los pasos al son de las partituras, más allá, rozando nuestros cuerpos, acariciando cada nota.
Esperando la oportunidad, me quedé con el sombrero en la mano, la ví marchar calle abajo,

agarrada a él, hacia el motel.
Al final de la noche, bailé sóla el tango soñando junto a la luna llena, como si fuera aquella mujer.

Inspirado en la fotografía titulada “Noches de tango”

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