sábado, 27 de noviembre de 2010

283.- UNA LLAMA

Me llamo Michael Both. Vivo en Erfurt, Alemania. Tengo 66 años.

Yo era pintor. Amaba mis cuadros.

Un día de 1974 llegué a mi estudio y vi mi obra convertida en cenizas. Después micrófonos y extraños hombres cerca de mí. Seguí pintando: esto significó atentar contra el régimen y pasar en la cárcel los años restantes hasta la caída del muro.

Yo era pintor. Ahora ya no soy nada. Llevo en mi alma la herencia de la persecución, la humillación, el despojo del arte y la libertad. Pusieron mucho empeño en reducirme con las afiladas armas de la culpa y su moral.

Yo creaba, era un artista. Ahora ya no soy nada. Pero una insignificante llama me empuja a hacer justicia desde esta maltratada ciudad: 150 palabras sobran para encender de nuevo el colorido del mundo que intentaron matar.

Inspirado en la fotografía: “la hora del paseo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario