sábado, 27 de noviembre de 2010

293.- A MARCELO

A Marcelo lo han castigado. El viejo profesor de lengua, harto de sus trastadas, lo ha llevado hasta el antiguo gimnasio, lo ha sentado en un rincón y le ha ordenado quedarse quieto y prohibido, bajo ningún concepto, acercarse al pequeño papel amarillo pegado en la pared de su espalda. A Marcelo se le ha hecho muy larga la espera. Marcelo se aburre soberanamente y mira al papel amarillo colgado de la pared, entrecierra los ojos pero no logra distinguir lo que está escrito, mira hacia la puerta, se levanta, da un paso, vuelve a su sitio, se vuelve a levantar, se acerca hasta la puerta, no ve a nadie, vuelve a su sitio y finalmente se acerca corriendo hasta el papel. Marcelo ha leído “No pisar, madera podrida” antes de perder pie y llevarse el mayor susto de su vida. A Marcelo le va a caer una buena.

(Basado en la fotografía “Marcelo”)

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