Las 10 de la noche de un predecible sábado en el que he decidido complacernos. Unas nécoras, un buen vino clarete para acompañarlas, y de postre, un poquito de nosotros con abundante azúcar. Una cena romántica en toda regla, ¿no crees? Y es que aunque no desprecio nuestra afición al clásico menú de “pizza y Coca-Cola”, esta noche es especial para ambos y merece ser celebrada por todo lo alto. Me he puesto guapa para ti, espero que repares en ello antes de que la pasión nos envuelva: me hice la manicura y un nuevo peinado. Aún tengo que elegir qué vestido ponerme, ¿escotado o minifalda? Me encantaría impresionarte.
De pronto, suena el timbre. Sé que no eres tú quien llama, nunca lo serás. “La ilusión no se come, pero alimenta”, dice una buena amiga mía, así que aún así, seguiré esperándote con la mesa puesta y el estómago vacío.
Fotografía “Comida para dos” (Primer Premio tema libre, autora Charo Guash)
No hay comentarios:
Publicar un comentario