Para vivir lo he perdido todo, incluso la dignidad. ¡Malditas cartas!
Necesitaba una copa, y aquel lugar olía a ciprés, quizás fuera la barra. No sé, me acostumbré.
Allí estaba Juan, perplejo, exhumando aquella foto.., con un texto de Lorca en el pecho, “Así que pasen cinco años”.
Los artistas del lugar dicen que, Juan, es un director de escena nocivo para un teatro en alza. Un cáncer para el público, una enfermedad para el arte, exclaman.
Sin Embargo, me arrimé:
Yo_ ¿Le gusta la foto?
Juan_ ¿Es usted mi criado?. Quiero apostar, (larga pausa), para morir.
Yo_ No señor, soy el autor.
Juan_ ¿Fotografió el alma y no apostó?...Hay que vivir, vivir de verdad.
Una lágrima inundó mi sangre. Quise hablar, pero el verbo encontró su techo en el corazón, y sólo pude beberme, de un trago, su copa.
Ahora, baraja en mano, esperamos juntos al criado. Para nacer.
Inspirado en la fotografía titulada “Yaiza”
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