Hoy no iba a bajar, -“por un día no pasa nada…”-pensé-, estaba cansado y me dolía la espalda. Pero en el último momento me animé, además había parado de llover y olía a mojado. Me hubiera arrepentido de faltar a mi cita diaria.
Esa que he repetido tantas y tantas veces que no sabría decirte. Esa que me hace descender por las escaleras de mi hogar, sí, esas que cada vez me resultan más dificultosas, y así, voy a dar otro día más a la misma hora, al mismo lugar.
Diferente tiempo. Ha quedado un buen día, restos de lluvia en la húmeda acera. Camino pausado, no como antaño; siempre veloz, ahora más años. Menos erguido sin embargo más sabio.
Pero hay algo que no cambia, que permanece inamovible, ajena al paso del tiempo: camino por mi calle, mi querida Calle del Sol..
Microrrelato basado en la fotografía: “La hora del paseo” de Ignacio Cagigas Dos Santos Cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario