jueves, 25 de noviembre de 2010

173.- MASCARÓN DE PROA

Nubes plomizas encapotaron el cielo y comenzó a llover. Platia llegó entonces al muelle, con la ropa empapada, ropa de color hueso. La cabellera rubia oscurecida resbalaba sobre sus hombros hasta la mitad de la espalda. Cuando oyó la sirena del barco, que anunciaba su paso por el astillero, cerró los ojos y se lanzó al agua. Nadó hasta fundirse con aquella mole de hierro. Hoy navega por todos los mares y es el único mascarón de proa que surca los océanos con una mirada viva.

Relato basado en la fotografía “Niebla” de Gabriel Barajas Ojeda.

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