Caminaba tranquila hacia al apeadero; el llegaba y ella le iba a dar una sorpresa. Hacia viento sur y su pelo se mezclaba alegre con la suave brisa, era su mejor compañía hasta que el llegase; mientras paseaba pensaba en lo mucho que había cambiado su pueblo, toda su vida la había pasado allí sin apreciar su entorno; los años le habían regalado una nueva imagen de aquello que se va transformando en un lugar con encanto, con rías, con parque y paseos en bicicleta, con plaza y cervecitas, con personas y recuerdos.
Había llegado a su destino, era pronto.
Una niña gitana se le acerco y le pregunto: ¿tú como te llamas? Mar le conteste.
¿Y tú de donde eres? de Astillero, le respondí; oí la sirena, ella me miro, sonrío y salió corriendo; el ya estaba llegando con su bici y sus abrazos cálidos, cálidos como el viento sur que acompaña al Otoño.
(Tema relacionado con la fotografía de Astillero)
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