miércoles, 24 de noviembre de 2010

103.- Sin título

Las nubes se ciernen sobre la ciudad.

Las ropas, cimbrean en los tendales azotadas por la brisa que asciende desde la bahía, colándose tras el campanario de la iglesia.

Asomado al quicio de mi buhardilla, veo un grupo de muchachos tiñendo de arco iris las aceras, engalanando balcones con banderines y guirnaldas multicolores.

Las abuelas, vestidas de domingo, comentan de ventana a ventana, como ha cambiado el barrio.

Las primeras notas, saltan de los instrumentos de la orquesta y comienzan a aflojarse las caderas.

Pinceles impregnados en oleos y acuarelas, se deslizan sinuosos, captando el jubilo y la algarabía de los vecinos, que ríen y bailan.

El dulce aroma a fiesta empapa toda la calle, sus edificios y hasta las farolas…

Y aunque el cielo amenace con tormenta, a ellos no les importa, porque en esta calle, siempre brilla su propio sol, inscrito, en los edificios que flanquean la vecindad.

TEMA: La calle del Sol

No hay comentarios:

Publicar un comentario