Jamás volvería a esperar a su príncipe azul asomada a la torre.
Ni desnuda, sobre la cama,
Ni con la música puesta y la cena preparada para su velada romántica.
No volvería a quedarse dormida de nuevo, ESPERANDO…
Los príncipes necesitan princesas, y ella lo era.
Así que disfrutó sola de la cena, se puso tacones, se vistió de reina, y salió segura de sí misma, para ver si algún príncipe de cualquier color, la estaba esperando a ella.
BASADA EN LA FOTOGRAFÍA: COMIDA PARA DOS.
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