miércoles, 24 de noviembre de 2010

115.- TODO LO APRENDÍ DE TÍ

Estoy hecha de esos momentos que pasé a tu lado, observándote, quedándome con cada detalle de tu honesta y gran sabiduría.

Tú fuiste mi infancia y cuando te fuiste, creí que te llevabas a esa niña que te adoraba, esa niña ahora ha crecido creyendo en tus valores y guardando esa sonrisa tan tierna que la regalabas.

Creías en mí, me apoyabas por ser yo, tal y como era.

Recuerdo tus manos callosas y trabajadas, tan fuertes y bonitas para mí.

Amor y ternura es lo que recuerdo cuando pienso en los momentos de “labor” cuando me llevabas al lavandero o cosíamos al lado de la ventana de la cocina.

Por ti creo en la vida, en aprender con honestidad de lo que nos rodea, disfrutando de las pequeñas cosas como disfrutábamos comiendo esos higos al final de cada agosto.

Inspirado en la fotografía titulada “La herencia del agua”

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