miércoles, 24 de noviembre de 2010

130.- TROZO DE CIELO

Acuclillado en la calle fijaba sus grandes ojos en el charco inmóvil bajo sus pies. No se atrevía a tocarlo por miedo a quebrar su frágil fisonomía. Una gota de lluvia rodó por su nariz para quedarse en la punta una fracción de segundo antes de precipitarse al vacío y romper con su peso pluma aquel reducto de paz. El niño pegó un respingo hacia atrás mostrando al mundo su rostro mutilado. Sólo entonces comprendió lo que aquel trozo de cielo le revelaba.

Inspirado en la fotografía “Marcelo”

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