miércoles, 24 de noviembre de 2010

150.- TALIÓN EN EL ESPEJO

No reconocí al hombre que tenía a mis espaldas, frente al espejo, pero supe quién era cuando sus manos apretaron mi cuello para estrangularme. Las manos de ese hombre eran mis propias manos cuando apretaban el cuello de Gabriela para estrangularla. Y mis ojos en el espejo eran los ojos de aquella pobre niña, sorprendidos, desorbitados, yertos al fin. Siempre supe que, algún día, un hombre aparecería a mis espaldas para matarme. Ahora siento que mi cuerpo se desploma como se desplomó el cuerpo de Gabriela cuando acabé con su vida después de violarla.

Inspirado en el segundo premio de la calle del Sol: fotografía “sin título”

No hay comentarios:

Publicar un comentario