Calle del Sol, cuando te conocí eras la calle de la luna, solo de noche pisada.
Cuanta noche larga, calle de los últimos bares, de las últimas posibilidades de cruzarla abrazados, borrachos o como poco, con los pelos despeinados.
Calle paciente, ahora lo llaman regeneración urbana – ¡que va! – sólo es que ahora te volviste un poco más madura, más culta y más sabia… Te visitan los que aún preguntan, aún contestan, aún buscan.
Calle diferente, ahora y siempre, entiendes un poco por un lado, por el otro sigues ambivalente.
Tienes tatuado al asfalto, la nostalgia de pasadas farras y la esperanza de ser pisada y repisada, pateada y repateada por las farras que vendrán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario