martes, 23 de noviembre de 2010

89.- Sin título

Acabo de levantarme y lo primero que veo a través de mi ventana es a una pareja bailar en mitad de la calle. Con el camisón desabrochado y medio caído, prefiero espiar a esos que bailan para mí, sin saberlo, antes que cualquier otra cosa.

Intento olvidar el día anterior aunque tampoco recuerdo gran cosa. Sólo sé que si me giro veré mi vestido arrugado en el suelo y un desconocido oliendo a whisky inconsciente en mi cama. De nuevo me convertí en la zorra emocional que escondo bajo piel de cordero: cambio emociones fingidas por cariño.

Lo que observo no es un baile sino un diálogo, susurros de medianoche que me conformo con observar sin pudor mientras sus movimientos me adentran en la melodía de fondo, hundiéndome sin piedad en mi propia melancolía: mi vida escrita en un puñado de notas sin conocer realmente su significado literal.

Inspirado en la fotografía titulada “Noches de tango”

No hay comentarios:

Publicar un comentario